El azul es uno de mis colores favoritos. Compagina con un sinfín de colores. Puedes mezclarlo con azules más oscuros que evoquen el color del océano, con azules verdosos, tonos propios del mar. Evocar un plácido atardecer en la playa es un magnífico modo de transformar una sencilla estancia en un acogedor refugio. Una paleta acuosa y sutil servirá, además de reflejo para los cambios de luz a lo largo del día.
Los colores de una habitación imponen su ley al instante. En el dormitorio, por ejemplo, y especialmente en las paredes, supone la diferencia entre un espacio tranquilo, una romántica alcoba o una sala rebosante de actividad. Siendo los tonos claros y pasteles los que tienden a estados más apacibles para las personas y los oscuros los que tienen al estado de actividad.
El azul claro aporta serenidad y romanticismo. El azul marino aporta sofistificación y carácter, pero siempre se matiene dentro del campo de la tranquilidad.
El azul es el color que con más frecuencia asociamos a la tranquilidad y la serenida. Empieza tu paleta eligiendo el azul más pálido de entre los que te gustan y utilizalo en las paredes. Esto te permitirá emplear como acentos de color tonos azules más oscuros. O puedes ir directamente a ellos si eres una persona valiento o los has usado con anterioridad y sabes el aspecto directo que le quieres dar. El uso de azul intenso, mezclado con blanco en las paredes del fondo. Dan dinamismo y aspecto juvenil y masculino. Fijaros que se emplea mucho el blanco de fondo para que el dormitorio no se vea muy oscuro.
El azul por ser un tono frío compagina por contraste con las maderas naturales en cualquiera de sus tonos, siendo los grisaceos y los marrones claros los que mejor resultan.
Emplear capas de una misma paleta cromática permite crear un atractivo diseño de color. Por ejemplo, con un azul como base, podemos combinar a la perfección tonos de azul, verde y lavanda.
Como sucede con el estado de ánimo de las personas, los colores cambian con el transcurso del día, y son precisamente las sutiles variaciones que experimentan lo que les da mayor interés y lo que en mayor medida los acerca a los cambios de color propios de la naturaleza. Así, los azules mezclados con lavandas y azules verdosos traen reminiscencias del mar y del cielo, acentuadas porl os cambios de luz, tanto natural como artificila, que transforman las estancias conforme el día avanza.
La claridad de la luz matutina saca a relucir la frescura del azul; la luz del atardecer, más cálida, enfatiza su profundidad.
Los azules combinan muy bien con los colore terrosos, como pueden ser las maderas, o distinas telas en estos tonos o materiales naturales como son el sisal, el esparto, el mimbre...Ya que estos contribuyen a reforzar la sensación de paz.
El azul además es un color fácil de combinar ya que va bien con el dorado, naranja, plata, blanco, negro, fusias y morados, malva y disntintos tonos de marrones siempre claros: crema, ocre, tirra, siena...
Después por supuesto va al gusto de cada cual. Se puede emplear en cualquier estancia de la casa: cocina, salón, salitas, cuarto principal de niños...En colores claros y sutiles, en tonos médios, intensos. Personalmente creo que es uno de los colores más faciles de combinar.Con el encontrarás resultados que seguramente gusten a todos.
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