Dar color a las estancias

Seguramente habrás oido consejos sobre la importancia del color, que si sus efecto psicológico, que si como jugar con este y el tamaño de la estancia. Pero llegado el momento, a la hora de decorar nuestras propias estancias, si no lo tienes muy claro lo mejor es utilizar una paleta neutra como base. Para la mayoría, el escoger una paleta de colores indica elegir unos cuantos tonos a nuestro gusto como fondo neutro y luego completar esta con algunos detalles de color que serán los encargados de dar vida. Hasta ahí no estamos tan confundidos.













































 Hay que empezar despacio para luego ir ganando seguridad en el color. Lo mejor antes de cambiar el color predominante en una estancia es aplicarlo en pequeñas dosis, mediante complementos como alguna lámparas, cuadro, adorno... Si nos gusta el resultado, iremos aumentando la presencia de este color en la ropa de cama, cojines. Inclusive puedes incluir algún mueble de este color. Si finalmente te ha convencido a por el mayor de los pasos. Pintar las paredes!! Personalmente empezaría a pintar una sola. Esta muy de moda el contraste. Puedes dejar en blanco las contiguas o pintarlas de un tono más claro de la misma gama. Si finalmente te gusta el color puedes aplicar el mismo color a todas. Aunque personalmente opino que el contraste de paredes da un toque

especial. 

Finalmente si es cierto que el color influye sobre las personas y su estado de ánimo por lo que a la hora de emplearlo hay que tener en cuenta el uso que se le va a dar a la estancia. Si por ejemplo el gris te pone triste, no lo emplees por mucho que hayas leído que es un bueno color para un salón y que da un resultado muy elegante.




















Hay una serie de efectos que se identifican fácilmente con un color concreto: el rojo energiza, el azul enfría, los tonos pastel tranquilizan. Pero lo principal es concentrarnos en nuestra propia opinión. ¿Nos parece tranquilizador? ¿Limpio y fresco? ¿Romántico?Una habitación entera puede terner estos atributos sólo con utilizar un color que evoque estas sensaciones.









Una idea para escoger los colores que mejor le vayan a tu hogar es mirar primero dentro de tu armario. Los tonos a los que tiendes por instinto seran los que mejor te vayan, tanto a ti como a tu propia casa.






Añadir color a una estancia blanca es tan sencillo como pintar en un lienzo en blanco: se van poniendo capas sobre un fondo neutro con el color o los colores elegidos hasta comprobar con cuanto color basta. Se empieza por la ropa de cama, cortinas, cojines  o por pequeños complementos, y cuando ya has logrado una paleta que te guste sigues añadiendo otros toques de ese color: en las molduras, cajoneras o en los zocalos.

Color y ambiente

Un color atrevido o brillante te permitirá ver la estancia desde un punto nuevo de vista. Pinta una pared focal, o añade personalidad y calidez con complementos o mobiliario colorido. A la hora de decorar, el color otorga una flexibilidad enorme.  Un simple cambio de tono puede convertir una habitación serena en un vivo centro de actividad.

 Una decoración en azul turquesa sugiere la frescura de la primavera. El azul marino mantiene vivo el ambiente pero en calma. El rosa y el coral aporta romanticismo, suavidad y delicadeza. Las combinacciones vivas aportan sofisticación. Las flores son un recurso fácil y fragante de añadir color a un espacio, como lo hacen las flores y las plantas de la imagen superior.

Optar por colores fuertes tiene efectos sorprendentes. El color rojo proporciona dinamismo pero también hace acogedora a una estancia. Como podeis observar en la fotografía superior un trozo pequeño de pared define lo que será un pequeña habitación. Al tener una apertura tan proxima, la zona de dormir, pierde la sensación de recogimiento. Para combatir esta se ha empleado intensos coloridos y multiples estampados. Dando la sensación de un precioso rincón donde descansar plácidamente.

 El color ejerce un enorme poder sobre nuestro animo. Los colores cálidos (rojo, amarillo y naranjas) sugieren pasión y energía, mientras que los tonos fríos (azules, verdes y violetas) favorecen la paz y la calma. Podemos aprobechar estos efectos combinandolos con los colores de las paredes para calentar o enfriar el conjunto, añadiendo o quitando elementos hasta conseguir el resultado deseado. Como podeis ver en la fotografía superior. Se da vida con la mesas y las sillas a un pared fría en color blanco.

 Paredes de colores cálidos

El rojo púrpura, el bermellón, el naranja, e incluso tonos más claros de amarillo cobrizo y ámbar le darán un aire acogedor, mientras que las sombras rosáceas y almibaradas le añadirán un toque calmado, ideal para un espacio en el que descansar. Los colores cálidos son perfectos en zonas de largos inviernos, pues convierten el entrar en la estancia en una irresistible tentación.

 Paredes de tonos neutros

Se asocian a la calma y el reposo, por lo que son perfectos para el dormitorio o un salón dedicado al descanso. Entre otros muchos tonos están los pajizos, beis, blanco, marrones topo y grises, que combinan de forma natural para crear un espacio tranquilo sobre el que emplear una amplia gama de colores de acento.

Paredes de colores fríos

Entre los colores fríos se incluyen tonos azules y verdes, inspirados en los colores frescos de la naturaleza: el mar, los árboles y el cielo. En las estancias permiten dar la sensación de que el espacio se expande. Se considera a los azules y  a los azules verdosos tonos sedantes, y resultan ideades en climas cálidos, pues ademas de ser relajantes transmiten sensación de frescor.

Cómo coordinar colores




En la fotografía siguiente os muestro lo que se llama círculo cromático con el cual podeis escoger el color de los muebles y los complementos. Para las piezas importantes, las más amplias o las que vayan a tener mayor importancia en las estancia, por ejemplo un sillón o un cobertor, mejor emplear los tonos neutros o básicos y coordínalos con complementos en tonos básicos o  complementarios, para dar un toque sofisticado.



En el siguiente dibujo hay tres círculos de colores. El central será el de los colores neutros, el intermedio el de los básicos y el exterior de todo el de los complementarios. Como emplearlo para combinarlos.
Pues haciendo una linea en plan Radio. Los colores que se crucen en esta,  combinarían perfectamente en la misma gama. Y si te gustan los contrastes solo tienes que hacer una línea, esta vez en plan diámetro y darán colores de gamas contrastadas que resultarán muy bien también a la hora de combinar.

Tonos neutros (círculo central)

Son ideales como base para una habitación. Son una opción intemporal y clásica para salas grandes o importantes. Para crear un efecto sosegado usa la paleta monocroma de almendra y avena, y añade acentos de blanco y negro para darle un aspecto más contemporáneo.

Tonos Básicos (círculo intermedio)

Sirven como tonos fundamentales o complementarios. Los colores que se muestran resultan muy indicados para dormitorios, en especial en combinaciones más clásicas, con colores neutros: azul con blanco, arándano con blanco crema, o rojo burdeos o salvia con almendra.

 Tonos complementarios (Círculo exterior)

Añaden un toque de interes a la estancia. Deben aportarlo los pequeños detalles puediense cambiar siempre que se quiera. Unas flores frescas sobre una mesita, una tela anaranjada sobre un sofa o una cama. Se valiente y utiliza estos colores con los complementos.

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