Como bien dice el refrán en casa de herrero cuchillo de palo. Y es que hace aproximadamente tres meses que había ido a medir la casa de mi amiga Aida, pero como tenía mucho trabajo pendiente y las confianzas dan asco, pues lo fuí dejando en el cajón del olvido...
Pero lo prometido es deuda, y a veces, es mejor esperar un poco y hacer las cosas bien, y en este caso, creo que el resultado ha merecido la pena la espera.
La verdad es que por una vez he contado con un espacio bastante amplio que siempre es algo de agradecer ya que siempre se me pone como reto diseñar espacios minúsculos. Además mi amiga me dió rienda suelta a diseñar lo que yo quisiese. Simplemente me puso como requisito que la cocina fuese en madera, alegre como es ella y que emplease los colores azul y verde, que es un poco los que ya se están empleando en la actualidad y con los que se siente bastante cómoda.
En el caso de la cocina, he seleccionado unas puertas lisas y tiradores finos y largos, estos dan un aspecto más moderno. La madera se ha escogido en un tono claro, ya que los tonos oscuros tienden a dar un aspecto más clásico o inclusive rústico.
Como los azulejos siempre tienden a hacer el espacio un tanto frío, solo se ha alicatado los frentes de los muebles de cocina, las paredes anexas se han pintado de un color muy próximo al de la cerámica. Resultando un espacio práctico y acogedor.
Finalmente el color verde se ha empleado en las paredes, azulejos y en una espectacular encimera que da un aspecto super alegre. El color azul se reserva para los complementos, las sillas y en las baldosas hidráulicas de estilo reto que visten el suelo.
La mesa se ha escogido en una madera muy similar a la cocina, y se ha dispuesto de manera que deja espacio para poder circular y trabajar cómodamente en la cocina y al mismo tiempo dar espacio para 4 comensales.
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