Una casita de 45 m2 con un aire rústico e industrial

Un inmaculado miniloft de 45 m2 con mucho caracter que combina dormitorio, baño, salón, cocina-comedor y un jardín de los secretos. Ya que se encuentra lejos del mundanal ruído y de los pasos gracias a unos altos muros de piedra que lo rodean. Punto esencial en el diseño interior es el uso del blanco y de los espacios abierto, en los cuales el uso de las puertas se restringe unicamente al necesario empleado en el aseo.

 

La zona de dormir se delimita y se aisla temporalmente mediante unas cortinas de lino blanco. Estas se extienden sobre un cable de acero casi invisible, dando las sensación de que estas flotan y emergen del propio techo.

Una solución muy simple a mi entender es la creada con la ducha en la que se han construido unos muros que no cierran en altura para dar privacidad y luz al mismo tiempo. Además de la luz que se consigue de manera cenital, se ha puesto unos ladrillos de pavex y una puerta antigua con lamas.

La cocina-comedor se ha rediseñado de forma sencilla y funcional: muebles standar y lacados en blanco sobre los que resalta una encimera en madera de aspecto antiguo. Las mesa, silla y recibidor de la entrada son ya de aspecto industrial, fabricados en hierro lacado en negro con planchas de acero para su zona superior.

 

La renovación se ha hecho además de con mucho gusto con materiales altamente duraderos: el revestimiento de cal de cáñamo para la cocina, madera sin tratar, bio pinturas, ladrillo vista, y piedra que se ha limpiado y restaurado.